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Mostrando las entradas de abril, 2010

Simple-minded

Me acompaña una bolsa llena de nueces, cuando se termine estaré sola otra vez. Me encanta mi soledad. Adoro pensar que soy única, y satisfacerme a mi misma. Se dice que la egolatría es un defecto, pero mi personalidad se volvió tan inofensiva, que todo se encuentra perfectamente equilibrado. Ya no quiero cambiar. Quiero seguir pensando de la misma manera por el resto de mis días. Me niego a sustituir todo lo que guarde, por un pensamiento de adultos tontos. Lo único que busco en esta vida es la felicidad. La gran diferencia es que yo lo digo sinceramente. No me importa la aprobación de los demás, ni miles de billetes para derrochar. Yo sólo quiero un lugar lindo para dormir y escuchar música. También necesitaría un lápiz y un cuaderno, lapices de colores si no es mucho pedir. Y un libro amarillento por el paso del tiempo. Y si existe alguien con quien compartir eso, me encantaría... La penumbra y mi música con sabor a muerte me mantienen quieta el día de hoy.

Papel (las palabras se desean)

Olvide teñir mi cabello este mes. Tal vez sea un signo de que la aparente vanidad que surgió por un breve momento, se esta esfumando. Hay que tratar asuntos más verdaderos. La verdad es que no los quiero pensar. Algunas veces quisiera quedarme en mi habitación, y no hacer más que escribir, eso me tranquiliza. Siempre me denomine como una escritora frustrada; tal vez nisiquiera me corresponde ninguno de esos adjetivos, pero me gusta como se ven esas dos palabras en conjunto. Consulte mis antiguos escritos, y es bueno darme cuenta de que mis ideas nunca estuvieron tan desviadas. Lo que odio es lo poco que pude enfocarme, tanto así como para dejar inconclusas la mayoría de mis historias. Es triste saber que no tendrán final, porque ahora nisiquiera me lo puedo imaginar. Tal vez algún día cuando recuerde lo que fue de mi personalidad en la pubertad. Lo único que recuerdo, y que es curioso, es que cuando tenía alguna idea extraordinaria, desistía, al pensar que lo más probable es que ya exi...

La oscuridad primaveral

Me encuentro entre mis 4 paredes azules, tal y como deseo. Las nubes siguen su curso, es posible verlas desde mi cama. Ya no quiero buscar formas entre ellas, sólo quiero gritarles que se detengan. Devuelvanme mi paz. Mis sentidos se ven atrapados entre pocas emociones. Parece que lloro mientras estoy riendo, y mi expresión para el placer, es similar a la del dolor. Sigo observando pedazos de nubes. Podría afirmar que mi cama es cómoda, pero prefiero ser sincera, y diré que es la sensación de seguridad lo que me provoca esta especie de éxtasis. La soledad es tan reconfortante, nadie me puede hacer daño. Ayer hable conmigo, y terminé gritandome. No estoy asustada, mis ideas suicidas de la infancia ya no existen, aunque mis muñecas siguen siendo tan frágiles. Hoy no quiero morir. Probablemente mañana tampoco. Volverte adicta a los placeres mundanos, te ofrece cierta protección. Quisiera dormir mucho tiempo, olvidar que tengo rutinas de sueño establecidas. Es desconcertante tener vi...